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Ozempic®, de combatir la diabetes a ‘milagro viral’ para adelgazar. ¿Qué hay de cierto?

Hemos acabado 2023 familiarizados con un nombre no sencillo, Ozempic®. Revistas de referencia como Nature o Science consideran a este tipo de fármacos, los medicamentos GLP-1, como la 'revolución científica' para tratar la obesidad. Irrumpe su supuesto homónimo natural, la berberina, cuya relación, para la doctora Mar Santamaría, es la misma que 'la paella valenciana y la gastronomía sueca'. Con ella hablamos sobre los riesgos de automedicarnos llevados por modas

Emma Vicente EM 22-12-2023

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Imagen extraída del manual de información para Atención Primaria, distribuida por parte de Novo Novo Nordisk.

Estar delgado es, para la mayoría de los mortales, tan ansiado como dar con el elixir de la eterna juventud. Con esa meta se venden dietas milagrosas, con cierta regularidad aparecen gurús con métodos mágicos para adelgazar “sin pasar hambre”, o famosos venden su imagen para que un entrenador personal nos cincele el cuerpo casi sin sudar. Un aspecto físico sin un ápice de grasa es la representación visual que se asocia, generalmente, con salud. En este contexto, llevamos meses escuchando que un medicamento, el Ozempic®, indicado para tratar la diabetes tipo 2 es la panacea, en este sentido. Y esto ha llevado a que masivamente, la población recurra incluso al mercado negro para hacerse con él –incluso la propia empresa comercializadora del producto sanitario, Novo Nordisk, informó de su desabastecimiento por la elevada demanda, un problema para las personas con diabetes que lo necesitan para lo indicado en origen–. 

Sin embargo, no se debería obviar que muchos de sus efectos secundarios siguen bajo vigilancia en las agencias reguladoras de medicamentos, tanto de Europa como de Estados Unidos. Por ese motivo, Mar Santamaria, responsable de Atención Farmacéutica de PromoFarma by DocMorris, recuerda que “cualquier moda relacionada con un tratamiento farmacológico de prescripción médica no tiene cabida en nuestro sistema de salud, ya que el uso de cualquier medicamento solo puede estar sujeto a protocolos farmacoterapéuticos basados en la evidencia científica. Los medicamentos deben utilizarse siempre según indicación profesional, ya sea con el asesoramiento farmacéutico pertinente o médico. Los de prescripción facultativa, además, se adquieren mediante receta y en oficina de farmacia o servicio de hospital. Ningún medicamento está exento de contraindicaciones y reacciones adversas”, advierte.

Pero averigüemos de qué estamos hablando. Los agonistas del GLP1 son una familia de fármacos que se comercializan bajo distintas marcas como Ozempic® –la única que se vende por ahora en España–, Wegovy o Mounjaro. Ayudan a personas con diabetes tipo 2 a regular sus niveles de insulina y a perder hasta un 15% de peso. Y es este adelgazamiento el que vendría asociado, también, con la disminución de enfermedades cardiovasculares, como ha demostrado, a su vez, Novo Nordisk, con los resultados de un ensayo, Select, realizado entre 17.604 personas mayores de 45 años de 41 países. 

Generalmente, este tipo de fármacos se reciben mediante una inyección que se administra a diario o semanalmente. Imitan la acción de una hormona llamada péptido, que actúan estimulando la producción de insulina cuando los niveles de glucosa en la sangre empiezan a subir después de comer, con el fin de disminuir estos niveles, algo esencial en pacientes con diabetes tipo 2. La duda médica es por qué esto conduce a la pérdida de peso. Los facultativos creen que estos medicamentos también disminuyen el movimiento de los alimentos desde el estómago hacia el intestino delgado. En consecuencia, es posible que uno se sienta “lleno” más rápido y durante más tiempo, por lo que se come menos.

LA VIRALIZACIÓN DE SU SUPUESTO HOMÓNIMO NATURAL
Pero dado que no se prescribe arbitrariamente, enseguida se ha viralizado su supuesto homónimo natural: la berberina. En TikTok, los vídeos que describen los beneficios de la berberina suman millones de visitas. 

Según datos de PromoFarma, las búsquedas en Internet de suplementos con esta sustancia han aumentado casi un 600% entre octubre y noviembre de 2023. Otro dato que confirma esta tendencia es que las ventas de productos relacionados con berberina han incrementado hasta un 100% durante estos dos meses, en comparación con los mismos meses del año anterior. ¿Pero existe una base real que sustente esta creencia? Mar Santamaria es tajante: “Si tenemos que hablar sobre qué relación tiene la berberina con el medicamento Ozempic®, la respuesta es la misma que si nos referimos a la que existe entre una paella valenciana y la gastronomía sueca: ninguna”.

Así, desde PromoFarma explican que el Ozempic® es un medicamento de prescripción médica, cuyo principal activo es la semaglutida, y está indicado, como decimos, “para tratar la diabetes en adultos, en aquellas situaciones en las que no se consigue controlar el nivel de glucemia con otros medicamentos, y siempre como complemento a la dieta y el ejercicio físico”.

Por otro lado, “la berberina es una sustancia del grupo de los alcaloides, que está presente en extractos de varias especies vegetales. Se utiliza como complemento alimenticio basado en plantas, de apoyo a las funciones fisiológicas y normales del organismo, y en determinadas situaciones”. Lo cierto es que sí han sido reportados varios usos tradicionales y populares (que no hay que confundir con un uso autorizado con finalidad farmacoterapéutica). Por ejemplo, en el caso del agracejo, tanto la raíz como la corteza del tallo, se han empleado en caso de molestias intestinales, digestiones pesadas y como “depurativo”, además de otros usos. Tiene una acción potencial sobre la glucemia y los lípidos, pero esto no significa que esté probado en forma de medicamento. 

Y Santamaria insiste en un especial cuidado de su consumo entre personas de edad avanzada. “Las precauciones en relación a la toma de productos a base de plantas u otros complementos alimenticios deben ser aún mayores. Por las siguientes razones: suele haber una situación de polimedicación y/o enfermedades crónicas subyacentes, lo que puede dar pie a una interacción entre el suplemento y la medicación o una contraindicación al suplemento; y en ocasiones, también hay disminución de la función renal y/o hepática, que también pueden contribuir a una excesiva acumulación o mala eliminación del suplemento a base de plantas o de nutrientes concentrados”. Es por ello, que aunque sea un complemento alimenticio, lo mejor es consultar antes con el profesional de la salud. 

Para Santamaria, sin duda, “las redes sociales son un arma de doble filo: pueden ser buenas fuentes de información sanitaria (rigurosa y profesional), o, todo lo contrario: una incesante fuente de desinformación. En temas de salud, abundan informaciones que son auténticas barbaridades. Si se tiene cualquier duda, más aún en el contexto de enfermedades crónicas como la diabetes o el sobrepeso, siempre es mejor contrastar cualquier información con un profesional”.

En este sentido, la responsable de Atención Farmacéutica de PromoFarma by DocMorris señala que “la obesidad y el sobrepeso son enfermedades metabólicas, como la diabetes. Su tratamiento requiere de un abordaje riguroso y profesional. Es un problema de salud no exento de falsas creencias y con estigma social añadido. Está totalmente prohibido por ley las alusiones a ‘remedios milagro’ para perder grasa o la publicidad de productos que creen falsas expectativas”. Mar Santamaria recuerda que “como enfermedad crónica y compleja que es, hay que acudir siempre al profesional de referencia y seguir sus indicaciones. Son, precisamente, las ‘falsas promesas’ fuera del ámbito sanitario las que alimentan estos mensajes confusos, o fraudulentos, si determinados medicamentos se utilizan de forma incorrecta”.

LA REALIDAD DE LA OBESIDAD
Los datos lo acreditan y nadie es ajeno al problema de obesidad que vivimos. De hecho, recientemente, se ha creado una alianza estratégica compuesta por 13 organizaciones de pacientes y sociedades científicas de nuestro país que buscan que la obesidad sea reconocida como enfermedad crónica en España, lo que, en palabras de Victoria Buiza, portavoz de esta Alianza por la Obesidad y presidenta de la asociación AB Híspalis Nacional, “no solo mejoraría la prevención y atención, sino que también impulsaría la investigación y la inversión en políticas de salud pública para abordar este creciente problema”.

La obesidad ha aumentado casi tres veces su prevalencia desde 1975, lo que representa, sin duda, un desafío de salud en constante crecimiento a nivel global. En la actualidad, se estima que más de 988 millones de adultos padecen obesidad, y se prevé que esta cifra pueda duplicarse para el año 2030. En España, más del 60% de la población española es obesa o se encuentra en riesgo de serlo. Estos datos remarcarían la necesidad de investigar más en fármacos que ayuden a solucionar este problema real. Actualmente, solo un medicamento que contiene una dosis más alta de liraglutida (Saxenda) está aprobado para tratar la obesidad en personas que no tienen diabetes.

Pero este hecho, o incluso banalizarlo dando una información sesgada sobre métodos milagro, no puede hacernos olvidar que se trata de un problema real que no puede estar contaminado por modas y que automedicarse no está exento de riesgos. 


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